Hará unos días que eché, nuevamente, un vistazo a La maldición del Escorpión de Jade del magnífico Woody Allen, y otra vez consiguió sacar una buena cantidad de carcajadas. Pues en esta película estamos ante un nuevo homenaje del señor Allen al cine negro y como no, con ese toque de genial y tronchante misoginia que aparece en buena parte de su trabajo ( aunque quizá con mayor fuerza en los últimos años ). Nos encontramos ante una pareja protagonista, Helen Hunt como mujer agresiva y de mucho carácter y a Woody Allen en el papel de eterno hombrecillo con sus clásicas neuras bien conocidas, que da a la película en cuestión un aire brillante con diálogos repletos de dobles sentidos ( como no... ). Son dos simples palabras, Constantinopla y Madagascar, las que darán lugar a toda una serie de cómicos enredos y situaciones humorísticas que harán las delicias del espectador.
Es sin duda una comedia, con sus años ya, que muestra que aún es posible realizar películas de esta índole con un toque de originalidad, de homogeneidad... alejándose del clásico estereotipo de comedia hollywoodiense. Es pues una guerra de sexos, por así decirlo, que no recurre a un humor absurdo e irritante, que no cae en lo grosero sino a todo lo contrario.
De modo que todo aquel que no la haya visto, o lleve un tiempo sin hacerlo ( como un servidor ), siéntense, pónganse cómodos y disfruten de unos 100 minutos de diversión y sanas carcajadas!